La climatología adversa del otoño e invierno hace que las edificaciones sean más susceptibles de padecer humedades, tanto las que aparecen por primera vez como las que se detectaron y empeoran con la nueva estación. Hay que tener en cuenta que en España, el 36% de las viviendas fueron construidas antes de 1979, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), año que se firmó la primera normativa básica que exigió incorporar el aislamiento térmico como elemento constructivo. Pero, a pesar de esta normativa, la forma y rapidez con la que se ha construido, junto con la climatología de Baleares, son factores determinantes para la proliferación de humedades.
Las humedades son síntoma de que algo no está bien en casa. Estas pueden venir del subsuelo y ascender por los muros (humedades por capilaridad) o bien, pueden penetrar en las viviendas a través de las paredes (humedades por filtraciones laterales) o generarse por un excesivo nivel de vapor en el ambiente que genera la condensación del agua (humedades por condensación). Así, si queremos eliminar la humedad de nuestra vivienda, lo primero que debemos hacer es encontrar su origen.
Hay que tener en cuenta que los efectos más visibles de las humedades producidas por la condensación son la aparición de hongos y mohos en esquinas y paredes; cristales empañados; mobiliario y otros objetos deteriorados. El moho en las paredes de los baños, cocina o ventanas, es el más común y es fácil de reconocer.
Pero existen otros tipos de problemas que pueden provocar las humedades, que no son tan conocidos. Por ejemplo en el caso de yeso y pintura, la humedad hace que se vayan separando de la pared y abombando hasta que, finalmente, se desprenden. Algo parecido ocurre en azulejos o en cualquier otro tipo de revestimiento que vaya adherido a las paredes, ya sea madera, baldosas vinílicas o papel pintado. Así, si tu vivienda, o la vivienda que quieres comprar, tiene estos signos, tienes que saber que detrás de estos pueden existir problemas estructurales serios.
Y es que el agua es capaz de ir degradando y oxidando los materiales de los cimientos, haciendo que la estructura pierda estabilidad y solidez. Reduciendo la capacidad de carga de muros y cimientos hasta en un 50%. Además, la humedad representa un auténtico peligro para la instalación eléctrica, ya que el agua es un buen conductor eléctrico y puede provocar ya no solo su deterioro sino cortocircuitos.
Así, desde OCAI te recomendamos que en caso de tener humedades en tu vivienda o en la que deseas comprar, optes por contactar con nosotros para que podamos realizar una revisión en profundidad y podamos determinar el origen de las humedades, especialmente en casos complejos. Este tipo de análisis también te ayudarán a conocer el riesgo de que aparezcan otras según las características de la construcción.
En la inspección analizaremos aspectos como la solidez de las paredes, la presencia de cámaras, canalones y bajantes, cumbreras o chimeneas en el tejado, tipo de materiales empleados en la construcción, etc. También buscaremos indicios de la presencia de humedad en suelos, techos, paredes o fachada.